poetas

poetas

lunes, 17 de diciembre de 2012

Mírame.

Esa arrogancia es la superficie de la inseguridad y el miedo, miedo a que esa sociedad que me rodea se de cuenta de que soy lo contrario a lo que ellos creen. No soy más que una persona débil e insegura, que no sabe lo que quiere ni a donde va, no se preocupa en quien lastima y a quien no. Puedo decir que tengo el don de hacer sufrir, aun así, aunque advierta, por alguna razón, los demás se arriesgan, y siempre salen perdiendo; pero no solo ellos, también yo, porque aunque no lo acepte, cada vez que lastimo a alguien que realmente me quiso, una parte de mí muere, pero ¿qué importa? Seguiré haciéndolo de todas formas. No me interesa lo que ellos sientan, no sé ni por qué lo hago. No pido ayuda porque no quiero que me molesten, no me expreso porque no quiero que me critiquen, no hablo porque sencillamente no quiero iniciar ninguna conversación con nadie. Trato de ser amigable, trato de ocultar lo que realmente estoy pensando con una sonrisa hipócrita, pero ¿de qué sirve?, al fin y al cabo, terminarán dándose cuenta de que para mí, solo fueron un humano más en la tierra.

Puedo parecer muchas cosas, puedo expresar muchos sentimientos, pero jamás los reales; jamás expresaré lo que realmente soy, lo que realmente siento y lo que realmente quiero, ya que no sé cómo. Y sí, sé que quizás termine sola, sin nadie, y sinceramente, no me importa, sería lo mismo, solo que sin nadie diciéndome cosas innecesarias, sin quejas, sin criticas, sin nada... Nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario