te vistes,
te miras al espejo
te peinas,
y te vuelves a mirar
sales,
y te vuelves a mirar
me llamas
te arreglas el pelo
y te vuelves a mirar
me miras,
me besas,
y te vuelves a arreglar el pelo
y me preguntas que qué tal te veo
y lo que no sabes
es que yo te quiero despeinado,
desnudo y sudando,
salvaje
que te arrancaría la ropa a mordiscos
y te tocaría hasta erizar cada parte de tu cuerpo,
que no me importa tu barba,
ni tu pelo,
ni ese mechón que no se une al resto
me importa tu tacto y tu cuello
te quiero así
cansado,
suspirando,
agarrándome del pelo,
mordiéndote los labios,
mordiéndome
mordiéndonos
libres