poetas

poetas

viernes, 7 de marzo de 2014

Dedicatoria

Yo solía dar pasos hacia atrás sin siquiera detenerme a pensar por un segundo dónde había dejado mi felicidad. Solía recorrer mi propio llanto, como si éste fuera normal, cotidiano, programado. 

"¿Qué importan otro par de lágrimas?
Solía preguntarme -a diario-. 

Dejé de refugiarme en palabras y comencé a hacerlo en letras, cada vez menos, quedándome sin espacio. 

Pero una madrugada en que vanamente intentaba distraer mis pensamientos, hallé un detalle, tan simple, que me cambió la perspectiva, tan compleja. 

Un invierno sin sol. 

Un poema. 

Y más que un poema, un alguien. 

Escandar Algeet. 

Ni en mis sueños mas complejos te soñé. Mi subconsciente no tiene tal capacidad. 

Te recorrí en mi mente desde la melodía de tu voz hasta cada centímetro de tus letras. 

Conociéndote. Desconociéndote. Y viceversa. 

Me encanta esta demencia, por que sé que ni en tus mejores facultades intentarías detenerla. 

Le das cuerda al loco. 

Suelo imaginarte en cualquier sitio donde imposiblemente puedas estar. 
O es a tu voz a la que busco. 

Yo también lloro sin saber por qué. 
O sin querer admitirlo. 

Supongo que soy la única que sueña con emborracharse junto a un tú para pasar a solas la resaca. 

Qué sé yo de amor si no te he amado. 
De cerca. 

Y si en mi soledad me acompañan tus palabras, que me encierren tres vidas en mi mente, porque no hay lugar más vacío y más lleno de ti que el centro ausente de mis pensamientos. 

¿Lloro porque no te tengo o porque no me entiendo? 

Y pensar que de tantas palabras aun no he sabido explicarme. 

Solo quería que supieras eso. Que supieras que detrás de tu mundo existe un alguien incompleto que tapa sus ausencias con tus palabras. 

Con tu compleja y distanciada existencia. 

Y que supieras que existe quien también tiene su propio baile nupcial sobre el lodo, su invierno sin sol... 

Que tu poesía pague mis destrozos. 



Mi cuestión: ¿qué eres?