poetas

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martes, 30 de diciembre de 2014

El paracaídas que nunca abrió

Eres vértigo. 

Miedo a caer: perderte. 
Perderte -caer- sin saber volar
sin saber qué
o quién
espera en la superficie
esa, que hemos de llamar pasado. 
En esa que caemos cada vez que la felicidad se ausenta
y el brillo de mis ojos. 
O de los tuyos. 

Y eres brisa
la que roza mis hombros al volar -encontrarte- 
erizandome el cuello. 

Eres tantas cosas
entre tantos
entre todos
pero tan único
que lo único que necesito para volver a volar
-no caer-
son tus ojos. 


Juguemos

Dejemos a un lado la nostalgia. 

Y juguemos a rozar mis caderas con la punta de tus dedos, 
a posar el aroma de mi cabello en tus manos
Mientras tú posas tu aroma en mis labios. 
Ya sabes. 




Vida corrida

He tocado tantas pieles
y he visto tantos ojos
que podria enumerarlos como una procesión 
clasificando por color, aroma y amor.
Pero podría jurar, que nunca
jamas
en mis incontables vivencias
vi una mirada como la suya,
comparable solo con los rayos del sol de las cinco de la tarde
brillantes, temporales 

y su piel
tan compatible con la mía
y la mía
la superficie perfecta para dibujar con sus orgasmos

Pero su sonrisa
y su voz
eran mis verdaderas razones,
que se repetían como acordes, 
como respiraciones agitadas 
y rasguños en la espalda

Y cada motivo se resume en uno:
él sí supo enseñarme a volar







miércoles, 17 de diciembre de 2014

Discusión entre las estrellas y el brillo de tus ojos

Y voy a volver a verte
quizás, en otra vida
y esta vez sabré besarte
y hablaremos de todo,
y nos reíremos de nada.

Y volveré a enamorarte
mirándote a los ojos,
acariciando tu espalda
y besándote
como sólo tú y yo sabemos hacerlo

Porque, como te expliqué
aquella vez
a caricias
podrá pasar media vida
o vida y media
y aun así,
sabré que lugar de tu cuello besar
para erizarte la mitad del cuerpo.

Y te buscaré, lo prometo
como lo hice desde el comienzo
y como aun
a pesar de todo
sigo haciéndolo
con una sonrisa en los labios.
Esa sonrisa que sólo y únicamente tu voz
puede dibujarme.

3:22 a.m. y sigues sin estar.


Dime adiós despacio

Empieza despacio.
y acércate suponiendo que será la última vez
que mis ojos mirarán los tuyos tan de cerca.
Y roza mis labios con la delicadeza con la que tomaste mi mano
aquella vez
para decir tu nombre y un "por fin"
-como si yo ya no te conociera de antes-
"¿como podía vivir sin conocer tus ojos?"
 Como podía vivir sin conocer tus Te amo...

Y bésame
como lo hacías cuando te ibas
pero esta vez, por supuesto
sabiendo que no vas a volver
o yo.

Y no, no diré que encontraré a alguien como tú
porque yo aun sigo queriendo sentir suspiros
como huracanes
y éso solo contigo.

Respira despacio
como si tus inhalaciones detuvieran el tiempo
el tiempo, en general
porque mi tiempo
al mío
ya le arrancaste los minuteros
y ya mido los segundos en suspiros
los minutos en cigarros
y las horas en besos

Desata el nudo de mi garganta
resalta su ausencia
así sea temporalmente
y no permitas que suelte una lagrima mas.
Desatalo, como desatabas mis zapatos
solo para verme sonreír
de manera burlona
recalcando lo bobo que te ponías
de vez en cuando
¿lo recuerdas?

Y prometeme
que cada vez que tus besos
tracen ese recorrido
de la frente, a la nariz
y de los labios, a la barbilla
pensarás en mí.

Yo prometo que nadie más volverá a enseñarme a volar.

domingo, 14 de diciembre de 2014

Decídeme

y lo que mas me gustaba de él
era la versatilidad que conseguía
siempre
porque de un momento a otro podía preguntarme donde besarme
y enseguida, donde correrse
"boca o pecho, tú decides" 

Los versos en comun entre el polvo de un burdel y los rayos del sol a las 10 de la mañana

Comenzaba todos mis versos abriendo las persianas
y viendo el sol del medio día
pregutandome qué coño haría mi día mas rutinario esta vez
como siempre
pero cierto día
-noche-
amaneció en mi cama cierto verso
-poema-
cierta maravilla que se levantaba de la cama con la sutileza de un felino
para abrir las persianas
esta vez, para ver la luz de un amanecer
totalmente incomparable a su mirada, pero casi igual de sublime 

Rompiendo esquemas con sus besos a media mañana, aun en cama
y quitandole todo rastro de rutina a mis dias
a mis horas

fuimos eternos
tan eternos como ése que se enamora de la prostituta
quien vive sus horas de romance
y su vida, entera
eterna
de piel en piel
buscando esa mirada, o esos besos
que rompan esquemas
y le hagan competencia a ese amanecer

como si pudiese encontrar esa poesía en esos otros labios