— Pues entonces ven y llévate tu ausencia que se instaló a mi lado, y ese silencio escandaloso que no para de hacerse presente. Trae toda esas promesas, todo ese amor que, según tú, existe, pero yo aun no veo. No necesito mas palabras, mas letras, mas promesas. Necesito acciones, necesito tu presencia, tu amor, tus besos. Necesito sentirte, asi sea por unos segundos, yo podré mover cielo y tierra para covertirlos en enternidad, así tenga que parar el tiempo por completo.— Después de un largo suspiro, aguarda en silencio detrás del teléfono, tras darse cuenta de que, de nuevo, esa ausencia la acompaña.
Deja el teléfono y se desploma en un doloroso llanto, tratando de ocultar su rostro tras las rodillas, abrazandolas fuertemente, pero un golpe en la puerta interrumpe su llanto. Sobresaltada, trata de limpiarse el rostro lleno de lagrimas con la manga de su suéter. Sus distraído pensamientos no ma dejaron preguntar quien era. Al abrir de golpe se encuentra con un hombre, que con ojos brillantes y amplía sonrisa le susurra —He venido a llevarme a esa ausencia de la que tanto se ha quejado, amada mía.—
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